lunes, 14 de diciembre de 2015

“El baile tras la tormenta”, de José Miguel Cejas

.El periodista José Miguel Cejas se ha entrevistado con más de 60 personas de los países Bálticos, Escandinavia, Rusia y Finlandia. El hilo conductor de los entrevistados es su experiencia como disidentes contra los totalitarismos que han marcado sus vidas, de manera especial el comunismo. El autor tiene el proyecto de publicar varios libros con estas entrevistas. En el primer volumen aparecen veintitrés, y los elegidos proceden de los Letonia, Lituania, Estonia y Rusia. La mayoría han sufrido las consecuencias del comunismo, aunque a la hora de contar sus vidas aparecen también las de sus padres y abuelos, que también estuvieron marcadas por la Segunda Guerra Mundial y el nazismo. Las profesiones de los entrevistados son muy variadas.

            El autor cede el relato a los protagonistas, quienes en primera persona recuerdan algunos momentos significativos de sus vidas y reflexionan sobre la importancia de la religión (católica, ortodoxa, protestante) para redescubrir los auténticos valores de la dignidad humana. Coherentes con su fe, muchos fueron disidentes y pagaron bien caro su enfrentamiento con el poder, que les condenó y marginó por sus ideas políticas o religiosas. Bastantes de estas historias ofrecen perspectivas nuevas y desconocidas sobre la represión en los países comunistas, al tratarse de países pequeños y alejados de la órbita occidental.
            Como escribe el autor del libro a propósito de estos personajes, “el compromiso con la fe se manifiesta con un vigor y una creatividad insospechada”. Ante las peligrosas dificultades a las que tuvieron que enfrentarse, su reacción fue la solidaridad y la confianza en Dios. Sus creencias religiosas son fuertes y arraigadas. Son testigos de lo que han tenido que pasar sus padres y antepasados para preservar la fe. Si manifestabas tus opiniones, venía el ostracismo y la persecución.
            El libro, con habilidad, pone rostros a ideas generales sobre los totalitarismos que a menudo suelen quedarse en el plano teórico y no impactan. Aquí, sí. Sí porque los protagonistas hablan de víctimas concretas, de cosas concretas, de persecuciones concretas, de castigos concretos… Todos describen de manera muy real el ambiente que se vivía en estos países. Y, sin alardes, nos cuentan su rebeldía a la imposición de aquellos valores, aunque su actitud llevase consigo la deportación a Siberia y la consideración de “enemigo del pueblo”. Y sin pretensiones de nada, muestran la fidelidad a su fe. Por eso sorprenden sus opiniones cuando ven que tras la caída del muro de Berlín y la descomposición de los países comunistas se ha pasado a una avasalladora colonización acrítica del consumismo materialista. Aquí se cuentan, pues, historias de carne y hueso ocurridas hace muy pocas décadas que son un aldabonazo al tedio aburguesado de la sociedad occidental.

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