domingo, 9 de septiembre de 2007

Asignatura adoctrinadora

Como todos los viernes, la vicepresidenta, adoctrina a los periodistas en la rueda de prensa que tiene después del consejo de ministros. En primer lugar expone lo que debe transmitir, con dudas y titubeos en la voz. Pero, es lo de menos frente a lo que este viernes nos ha deparado.
Con todo fervor ha defendido la asignatura de educación para la ciudadania, aduciendo que es democrática y que serán sancionados los que se opongan a ella. Una contraposición de base; no se puede ser demócrata y dictador a la vez.

Con la llegada del nuevo curso se multiplican las demandas de objeción frente a Educación para la Ciudadanía. Debemos animarnos en ejercitar el derecho frente al adoctrinamiento ideológico que impone la mencionada asignatura.

Todos debemos objetar frente a la nueva asignatura al margen de la adecuación al ideario del centro o de que los hijos no vayan a recibir este curso la materia. La solidaridad entre familias es fundamental cuando está en juego la libertad y una sociedad que se niega a convertirse en un rebaño de autómatas.

Quisiera mostrar lo que expertos en educación informan sobre esta "asignatura adoctrinadora"

Ni «Ética» ni «Filosofía»,
el PSOE quiere «Educación para la ciudadanía»

Por Resolución de 28 de noviembre de 1996 el Consejo de Universidades de España suprimió el área universitaria de conocimiento «Filosofía del derecho, moral y política» y creó de dos nuevas áreas: «Filosofía del derecho» y «Filosofía moral». En 1984, al crearse en la universidad española las «áreas de conocimiento», el RD 1888/1984 precisaba que aquella área de «Filosofía del derecho, moral y política» cubría las siguientes asignaturas entonces existentes: «1. Derecho natural y filosofía del Derecho (Facultad de Derecho). 2. Ética (Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación y Facultad de Filosofía y Letras). 3. Ética y deontología profesional (Facultad de Ciencias de la información). 4. Ética y sociología (Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Letras y Facultad de Psicología). 5. Ética y sociología (etica) (Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación y Facultad de Filosofía y Letras). 6. Filosofía del derecho (Facultad de Derecho). 7. Introducción a las ciencias jurídicas (Facultad de Ciencias de la Información). 8. Teoría de la política (Facultad de Ciencias Políticas y Sociología).»

Algunos quisieron interpretar el divorcio de 1996 como el fracaso de un intento de reconducir hacia el progresismo socialdemócrata (de la mano de «éticos» y «éticas» alumbradas por Aranguren y Muguerza) a quienes decían herederos ideológicos del franquismo (supuestamente refugiados en las cátedras de filosofía moral y política, y de filosofía del derecho). Pero, diez años después, el Anteproyecto LOE, que elimina la «Ética» de la educación secundaria y reduce la «Filosofía» a una asignatura residual en el Bachillerato, confirma que nos encontramos más bien ante la resultante de disputas habidas entre ideólogos de enfrentadas sensibilidades socialdemócratas, propias del cuarto género de izquierdas. Disputas que han tenido reflejo normativo bajo gobiernos del PSOE, y que están cruzadas, por supuesto, por intereses «gremiales», disputas entre «facultades», competencia entre «universidades», «memorias históricas», &c.


El Mundo-El Día, Baleares, martes 3 de mayo de 2005


El PSOE, contra la Filosofía

Enrique Ujaldón es catedrático de Filosofía y presidente de la Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia.

¿Por qué los socialistas en el Gobierno persiguen con saña la Filosofía? He leído con atención el anteproyecto de la Ley Orgánica de la Educación elaborado por el PSOE y me ha causado estupor el comprobar que estos supuestos socialistas pretenden dar una estocada definitiva a la Filosofía. Aunque, dicho sea de paso, van a por todos los saberes humanísticos y todo lo que suene a cultura. La Filosofía ya quedó marginada con la «simpática» LOGSE y ahora estos «progresistas» de salón pretenden que desaparezca en varias modalidades del Bachillerato. ¡A tal despropósito hemos llegado! Eso sí, con buen talante dejan a la benevolencia de las comunidades autónomas su permanencia en alguna modalidad más: como siempre, delegan su incompetencia responsabilizando a los demás.

No les basta con guillotinar el Bachillerato sino que además pretenden fulminar de un plumazo la asignatura de Ética de 4º de ESO. ¡Luego nos quejamos todos de que los alumnos no tienen valores! Para intentar ocupar el hueco y escurrir el bulto ofrecen la asignatura pintoresca y cómica de Educación Para la Ciudadanía (EPC), que es una versión «progre» de la vetusta Formación del Espíritu Nacional (FEN), pero con temas banales. Sus contenidos académicos ya se daban en la asignatura de Etica.

La irracionalidad de tales planteamientos, esta fobia manifiesta hacia la Filosofía, sólo puede explicarse desde la psiquiatría. ¿No será que estos señores, que se llaman socialistas, arrastran desde su juventud un trauma inconfesable? ¿Tal vez sufrieron en sus carnes el fracaso escolar por no haber podido asimilar a Marx? Yo les recomendaría un buen psicoanalista, porque su desprecio hacia la Filosofía llega a ser incluso patológico.


¿Educación para la Ciudadanía o Formación del Espíritu Nacional?

Enrique Ujaldón

El Gobierno ha presentado recientemente el anteproyecto de reforma del sistema educativo que debe sustituir tanto a la ley que elaboraron los anteriores gobiernos socialistas –la famosa LOGSE– como a la LOCE, promulgada por el Gobierno popular y que no tuvo tiempo de ser aplicada. Son muchas las sombras de la nueva ley, pero la primera reacción ante su lectura es el estupor, suscitado por las escasas diferencias con la ley que viene a derogar.

Si tan terrible era la anterior ley que justificó perder miles de horas de docencia por las huelgas de estudiantes y someter al sistema educativo a una situación de inseguridad permanente, ¿cómo es que se asumen tantos aspectos de aquella reforma y se proponen tan pocos cambios? Si tan necesario es un pacto por la educación, como ahora reclaman insistentemente las autoridades educativas, ¿por qué no intentaron alcanzarlo cuando estaban en la oposición, como el Gobierno les reclamaba?

Pero no es éste el objeto del presente artículo, sino justamente alguna de las diferencias que existen entre la ley del PP y la que propone ahora el PSOE, puesto que las diferencias, siendo menos de las que cabría esperar, siguen siendo importantes. Muchas están siendo señaladas, pero hay una que corre el riesgo de pasar inadvertida: la desaparición de la Ética y de la Filosofía del sistema educativo.

La Filosofía ha jugado un papel básico en la formación de nuestros estudiantes desde hace muchos años. Era obligatoria en el BUP y el COU y lo fue hasta que la entrada en vigor de la LOGSE la suprimió. El último gobierno del PP la reintrodujo con un gran consenso educativo y sin ninguna oposición por parte del PSOE, que ahora la vuelve a suprimir.

Quizás muchos padres no sientan necesidad de que sus hijos (que quieren estudiar ingeniería o medicina) estudien Filosofía y se alegren, por tanto, de la medida. Craso error, porque la asignatura quedará curiosamente como obligatoria para los alumnos de ciencias. Son los alumnos que estudien bachilleratos de Humanidades o de Ciencias Sociales (nuestros futuros historiadores, juristas y hombres de letras) los que no podrán estudiar Filosofía.

Si esta medida no merece un capítulo en la extensa Historia Universal de la Estupidez ya me dirán ustedes qué lo merece.


La función del bachillerato no es hacer especialistas (para ello el sistema educativo tiene otras vías) sino, entre otras cosas, conseguir que nuestros alumnos sean capaces de adaptarse a un mundo cambiante. La Filosofía pone a disposición del alumno las herramientas intelectuales que nuestra tradición de pensamiento ha ido forjando durante más de 2.500 años, capacitándoles para una comprensión más adecuada de un mundo cuyo destino está en nuestras manos.

En contra del dictamen, entre otros, del Consejo Escolar del Estado, el Gobierno socialista pretende eliminar no sólo las asignaturas de Filosofía sino también la de Ética. Serán sustituidas por Educación para la Ciudadanía. De ahí que sea de gran interés plantearse cuál es la diferencia entre aquellas asignaturas y ésta. Descubriremos que no se trata de algo que afecte sólo a los contenidos, sino más bien es una cuestión de talante.

La diferencia estriba en que las dos primeras se conciben como un ejercicio de reflexión sobre lo justo y lo bueno, lo correcto y lo incorrecto, el bien y el mal. En ellas se abordan, desde distintos puntos de vista, las diferentes concepciones formuladas sobre estos temas, su conflictiva historia y su lenta plasmación en las sucesivas declaraciones de Derechos. La Educación para la Ciudadanía parece dar por supuesto cuáles son los valores en los que todos hemos de coincidir. Si alguien se cree poseedor de la verdad y el bien, ¿por qué va perder el tiempo enseñando doctrinas falsas?

Las autoridades educativas socialistas se ofenden cuando se compara la Educación para la Ciudadanía con la Formación del Espíritu Nacional. Es verdad que la primera tiene una legitimidad democrática que la segunda no tenía. Y es verdad que con ella se pretende inculcar valores democráticos en nuestros jóvenes. Pero corre el serio riesgo de convertirse en una democracia al modo de Ibarretxe y de Hugo Chávez, pues no es cierto que la democracia lo legitime todo.

Como tantas veces han insistido algunos de esos filósofos que ahora quieren acallar, los derechos individuales, la libertad de conciencia, la libertad de opinión, y tantas otras, no deben estar al albur de las mayorías. Y cuando lo están, entonces esas democracias ocultan dictaduras. Así como entre los fines del Gobierno no está el defender a una determinada confesión religiosa, tampoco está decir qué debemos considerar correcto, justo y bueno.

Así pues, las autoridades educativas socialistas tienen ante sí una importante y difícil tarea de pedagogía política. Deben explicar bien cuáles son las nuevas necesidades educativas y por qué unas disciplinas son más idóneas que otras para desempeñar las funciones correspondientes. En particular, deben explicar qué ha ocurrido desde el Real Decreto del Currículo de Bachillerato de Octubre de 1992 para que la «crítica de las ciencias y de las ideologías» haya pasado a un segundo plano como necesidad educativa o qué nuevas razones han aparecido para que dicha función no sea ya considerada «responsabilidad directa e inmediata de la educación en la Filosofía», como allí se afirmaba. Pues si todo esto no es suficientemente explicado la opinión pública podría pensar que importa poco o, peor aún, que se persigue precisamente lo que se pretendía evitar en 1992, a saber: la ideologización de las aulas.


En Oviedo a 6 de mayo de 2005

Comunicado de la Plataforma de Profesores y Estudiantes de Filosofía de Asturias

Reunidos profesores de Filosofía de la Universidad de Oviedo, profesores de Filosofía de los institutos de Asturias, y estudiantes de Filosofía para analizar el anteproyecto de la L.O.E. (Ley Orgánica de Educación), se constituyen en Plataforma para la defensa de la Filosofía en Secundaria, Bachillerato y Universidad, Acordamos transmitir lo siguiente:

  1. Expresar el más enérgico rechazo a la propuesta del anteproyecto porque éste lleva a la desaparición de las asignaturas de Ética, Filosofía e Historia de la Filosofía en la educación Secundaria y el Bachillerato.
  2. Manifestar que las materias de Filosofía están socialmente consolidadas y contribuyen a formar la pluralidad del pensamiento, el contraste de ideas, etc., sin lo cual no hubiera sido posible la Democracia y el Proyecto Europeo en el que estamos inmersos.
  3. Destacar que, además, la supresión o disminución de tales saberes entran en abierta contradicción con los objetivos de todas las leyes educativas elaboradas en la Democracia.
  4. Igualmente desean llamar la atención sobre el hecho de que un alumno inmerso en el proceso educativo necesita una comprensión cabal del mundo, de la sociedad y del ser humano para llegar a ser ciudadano. Y esto sólo podría darse si en su formación la Filosofía tiene una presencia troncal y común para todos.
  5. Señalar que las medidas restrictivas del anteproyecto LOE también pondrían en peligro la existencia de la Filosofía en la Universidad, que es la encargada y responsable de proporcionar a la Sociedad los futuros especialistas y profesores de Filosofía.

Por todo ello, entendemos que las asignaturas de Ética, Filosofía, e Historia de la Filosofía deberían seguir siendo comunes para todo el alumnado con independencia de las opciones especializadas.

Y, en segundo término, manifestamos el deseo de que Ética, Filosofía, e Historia de la Filosofía mantengan, al menos, su actual situación, respectivamente en 4º de la ESO, 1º y 2º de Bachillerato.

Por último, estiman que las nuevas materias incorporadas por el anteproyecto de ley no deberían ni sustituir ni alterar las actuales materias filosóficas, por la sencilla razón de que son materias distintas.

Hacemos, así mismo, una llamada a la unión con el resto de los movimientos que se manifiestan en el mismo sentido.

En nombre de la Plataforma de Profesores y estudiantes de Filosofía, sus coordinadores: Silverio Sánchez Corredera, Enrique Suárez Ferreiro y Miguel Ángel Navarro Crego.


Sobre la situación de las materias filosóficas en el Anteproyecto de la LOE

Departamento de Filosofía de la Universidad de Málaga

Excma. Sra. Ministra de Educación y Ciencia: Analizado el anteproyecto de la Ley Orgánica de Educación publicado el pasado 30 de marzo de 2005, el Consejo del Departamento de Filosofía de la Universidad de Málaga, responsable de la Titulación de Filosofía y del Programa de Doctorado Filosofía del Siglo XX, en su reunión del 18 de abril ha acordado transmitirle nuestra preocupación y pedirle una reconsideración de algunas de las propuestas en base a las razones que a continuación, deseamos exponer a V. E.,

Hemos leído y analizado atentamente el texto del anteproyecto de la LOE y el documento Informe del debate. De la presentación de las diferentes posturas que concurrieron al debate entendemos que no puede inferirse la propuesta del anteproyecto con respecto a las materias de contenido filosófico. Ciertamente, su efecto era consultivo. Pero, entre los principios y fines de la educación que describe el Título Preliminar del anteproyecto y su traslación tanto en la Educación Secundaria Obligatoria como en el Bachillerato (Título Primero) se produce en el terreno de la formación filosófica un desajuste alarmante. Veámoslo por partes.

1. En el caso del Bachillerato la perspectiva se presenta muy preocupante. Si atendemos a los principios generales y a los objetivos del Bachillerato (arts. 32 y 33), resulta inexplicable tanto la reducción de la Filosofía sólo a la modalidad b (Ciencias y Tecnología), como su eliminación en las modalidades a (Artes) y c (Humanidades y Ciencias Sociales). No sólo, en este último caso, por la contradicción de suprimir una materia que forma parte constitutiva del tronco curricular de una modalidad del Bachillerato, sino, además, por la paradójica reducción de la Filosofía cuando se aspira a formar ciudadanos que eduquen su libertad, que interpreten con sentido crítico y capacidad reflexiva el mundo en que vivimos. Sencillamente, no podemos entender que un buen número de estudiantes puedan realizar el Bachillerato sin cursar la asignatura de Filosofía.

2. En el caso de la Educación Secundaria Obligatoria, la defensa de una formación cívica para los estudiantes, que compartimos sin duda por nuestra propia tradición académica y por nuestro compromiso como ciudadanos, se concreta en la introducción, en al menos dos cursos, de la materia Educación para la ciudadanía. En el curriculum de todas las titulaciones de Filosofía de España, y de todo el mundo, se imparten tanto las materias troncales de Ética y Filosofía política como una serie creciente de materias de Filosofía práctica que ponen en claro cómo el interés por la renovación curricular cuenta, y desde luego en nuestro país, con antecedentes bien consolidados.

3. Aun así, el riesgo de que la Educación para la ciudadanía quede devaluada se sitúa en la asignación final de horas: pues de no contar con una carga lectiva de tres o cuatro horas semanales, se convertiría (desde su propia implantación) en una asignatura de relleno, con laque el profesorado en general completaría su horario, dado que para dos horas a la semana difícilmente se podría justificar en los centros de Enseñanzas Medias la contratación de profesorado especializado.

4. "Adquirir una conciencia cívica responsable", "fomentar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres", "conocer y valorar críticamente las realidades del mundo contemporáneo", "conocer y valorar de forma crítica la contribución de la ciencia y la tecnología para el cambio de las condiciones de vida", "afianzar el espíritu emprendedor con actitudes de creatividad, flexibilidad, iniciativa, trabajo en equipo, confianza en uno mismo y sentido crítico", todos éstos objetivos del Bachillerato, son líneas maestras por excelencia del curriculum filosófico.

5. Queda todavía mucho por hacer, pues constituyen una conquista no definitiva, sino que debemos revalidar y transmitir como legado de generación en generación para protegerla y para mejorarla: un legado frágil pero irrenunciable que día tras día tenemos que defender. Todo ello implica una formación en la que la Filosofía desempeña un papel crucial, por cuanto ofrece una reflexión crítica sobre la racionalidad teórica y práctica y, en definitiva, sobre el ser humano en sus dimensiones epistemológica, cultural, ética, estética y social.

6. Este aspecto pasa inadvertido en la lógica de la propuesta del anteproyecto, a pesar de que debería ser, justamente, un argumento en defensa del cultivo de la Filosofía como una de las artes liberales, es decir, como una de las artes o disciplinas que educan la libertad de los individuos. No puede darse por sentado lo que requiere de una práctica continua y de un conocimiento nada trivial que consiga romper los muchos prejuicios, convenciones y limitaciones de todo tipo que se oponen a que los individuos eduquen sus libertades, incluso en una sociedad como la nuestra.

7. Semejante golpe a nuestra cultura filosófica y a su papel en la formación de todos los estudiantes, que representa los valores del pensamiento crítico, el conocimiento público y el uso público de la razón, la tolerancia, la responsabilidad cívica y la lucha por la igualdad, no puede comprenderse en ninguna sociedad civilizada. Resulta imposible creer y admitir que una reforma educativa se proponga tan altos fines paradójicamente atacando no sólo a los profesionales de la Filosofía y, por extensión, de las Humanidades, sino haciendo una propuesta en la que las buenas intenciones tienen una traducción curricular tan inconsistente y parcial.

Entendemos, como profesionales y estudiantes de la Filosofía, pero sin duda alguna también como ciudadanos, que debe quedar una oportunidad para que el Ministerio de Educación y Ciencia reconsidere su postura.

Por las razones expuestas, pedimos a V. E. que acoja nuestra solicitud y reconsidere los aspectos del anteproyecto de la LOE arriba citados. Pedimos que la Filosofía vuelva a ser materia obligatoria común en todos los Bachilleratos, como lo ha sido siempre. A la espera de su respuesta, con nuestro agradecimiento por su atención y en la confianza de que emprenderá una reforma de alcance cívico y genuinamente formativa, en el mejor de los sentidos filosóficos. En Málaga, 19 de abril de 2005.