En Los nuevos amos de la tierra, el periodista italiano Stefano Liberti, narra una investigación de compra de tierras en países como Etiopia, Tanzania, Brasil, Arabia Saudí, Argentina… Unos negocios desplegados de forma oscura a través de acuerdos por parte de gobiernos corruptos. Algunos de estos países, que dependen de la ayuda internacional para alimentar a su propia población, alquilan terrenos a poco precio a inversores extranjeros que producen alimentos para la exportación y no para el mercado local. Liberti analiza el problema, interroga a los distintos protagonistas tratando de desentrañar sus puntos de vista a fin de reconstruir un fenómeno en el que no se está prestando atención. El libro es también una denuncia de un nuevo neocolonialismo donde hay diferentes protagonistas: grandes multinacionales, fondo de pensiones… y fondos de inversión que han identificado en la producción agrícola una nueva frontera de ganancias. Se especula con los alimentos aumentando el precio de las materias primas alimenticias. En su opinión, los principales responsables son los gobiernos locales que venden los propios países ilusionando a la población de que esto traerá desarrollo y puestos de trabajo. Liberti empezó su investigación a raíz de la crisis alimentaria de 2008, cuando los precios de las provisiones básicas se dispararon, entendiendo como esta especulación formaba parte de una cadena productiva, empezando por las tierras; un nuevo activo en la cartera de los inversores. Un manual, documentado, bien escrito y ameno, en el que se apuntan una relación de páginas web para seguir las tendencias de un tema desconocido y en desarrollo. Stefano Liberti es un premiado periodista, documentalista y director de cine.
Autor: Miguel Ángel Martí
9788484693338
Colección: Inicio
Año: 2015
Páginas: 168
Descripción
Cuando descubrimos el simple gozo de ser, experimentamos en nuestro yo más íntimo una serena plenitud. La alegría y la paz no son entonces fruto exclusivo de lo que nos acontece, sino sobre todo expresión clara y lúcida de la propia existencia.
Vivir atentamente es el gran acierto: esta es, sin duda, la actitud correcta para disfrutar de nuestro paso por la vida. Hay una filosofía de vida –un estilo de vivir– que no podemos descartar, porque quizás es la única que nos posibilita el encuentro con nosotros mismos y que lo que hacemos no nos distraiga de lo que somos.