martes, 27 de febrero de 2007

4. Valle de Cañete. “Verde y Alamedas” a ambos lados de la pista.

La primera excursión que hicimos con Jesús ([1]) fue a Yauyos, correspondiente a la serranía central de los Andes. Quedamos en Lima con Don Vicente Pazos, el Vicario del Opus Dei en el Perú ([2]). Hicimos parada en Cañete, donde se encuentra el Instituto Rural Vallegrande, que atiende a toda la formación del campesinado (he subrayado toda la formación, por querer referirme a que corresponde , no sólo la formación profesional, sino la cristiana que integra la humana,espiritual, doctrinal... Se atiende a todo el valle de Cañete en Asesoramiento y Asistencia Técnica, además de la Escuela Agraria que da acogida a más de sesenta alumnos.
Pero, antes de seguir adelante, trataré del tema del título que consiste en lo siguiente: Una de las primeras semanas fuimos con Javier Sabaté a Cañete en su “movilidad”, como se denomina a todo móvil, ya sea coche, camioneta, bicicleta,etc. En lo que nos llevaba el buen Javier era en una camioneta rural. Como íbamos de noche, no apreciábamos el paisaje; Javier, bromista empedernido, nos aseguraba que era una pena que no pudieramos apreciar el paisaje tan maravilloso que había a ambos lados de la carretera: grandes prados, abundante verde y altos árboles. Lo disfrutariamos cuando volviéramos. Lógicamente no lo conseguimos pues lo que hay a lo largo de toda la costa, a excepción de los pequeños valles, es un desierto de alrededor de dos mil kilometros.
Cuando llegamos a Cañete nos esperaban Andy, Jose Alberto y Paco. Dormimos y al día siguiente partimos hacia Yauyos en un Land Rover.
La ascensión a Yauyos, fue por el valle del rio cañete. Subiendo por vueltas y revueltas hasta llegar a Magdalena. Pasamos por quebradas y lugares fantásticos, donde, pensaba, podían hacerse unos campamentos, de fantasía, con muchachos, en tiendas de campaña. Todo esto podía pensarse en 1977; no así en los años ’80, donde le terror y la muerte estuvo presente.
Hemos parado en Yauyos, nuestro destino. Nos ha recibido el párroco de la Iglesia. Con el frío en el cuerpo hemos cenado; posteriormente hemos tenido una tertulia donde nos han contado temas del lugar. Acontecimientos heroicos –tan naturalmente contados , que no lo parecen-, impregnados de buen humor.
[1] Cada vez que me refiera a Jesús, será Jesús Jiménez.
[2] El Vicario es el representante de la Prelatura del Opus Dei en cada país.

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