Oscar Pistorius, padece una malformación genética conocida como hemimelia peronea, que consiste en la falta de peroné en las extremidades inferiores. Sus padres decidieron aceptar una de las opciones que les ofrecieron los médicos, que a pesar de parecer una medida extrema, resultó ser lo más adecuado al caso. A Pistorius le fueron amputados los huesos mal conformados por debajo de las rodillas, cuando sólo contaba once meses. Con ello se lograría que pudiese andar con ayuda de unas prótesis, cosa que en caso contrario hubiera sido imposible y sólo quedaría la opción de usar una silla de ruedas. Esta decisión, demostró ser la correcta y gracias a los avances en la investigación científica sobre las prótesis, Pistorius, pudo llevar una vida normal y dedicarse al deporte, con resultados extraordinarios en las carreras de 100, 200 y 400 metros, en las que logró batir los tiempos establecido por los atletas discapacitados. Alentado por los éxitos conseguidos, solicitó ser admitido en las pruebas de selección para los Juegos Olímpicos que le permitirían competir contra atletas de cuerpo normal. En un primer intento, su petición fue rechazada porque se consideraba que las prótesis no eran equiparables a las piernas de un corredor, pero tras un recurso judicial y exhaustivas pruebas médicas, se logró demostrar lo contrario y Pistorius se clasificó para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, corriendo contra atletas normales. El autor trata con acierto el tema del afán de superación que mueve a muchos discapacitados a actuar como los demás en todos los ámbitos, destacando el esfuerzo que esa actitud implica y el desgaste psicológico que provoca.
John Carlin, (Londres 1956) ha sido corresponsal de la BBC en varios países. Desde 1998, trabaja para El país y ha publicado varias novelas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario