martes, 7 de mayo de 2013

Necesidad de informar con rigor (II). Proyecto democráticamente incomprensible .


A continuación, con los párrafos de Vázquez de Prada, se confirma el odio anticlerical:



Se produjeron acontecimientos lamentables. El 11 de mayo de 1931ardían por todo Madrid conventos, iglesias y colegios de segunda enseñanza llevados por religiosos, con la pasiva complicidad de las autoridades y de la policía(1). La primera iglesia en arder fue la casa profesa de los jesuitas, en la calle de la Flor. En vista de la actitud tolerante con los incendiarios adoptada por el gobierno en la capital de la nación, las capitales de provincia no quisieron ser menos. El vandalismo incendiario se propagó inmediatamente a otras muchas ciudades: Sevilla, Málaga, Valencia, Murcia, Alicante, Cádiz...(2.) Durante tres días, del 11 al 13 de mayo, ardieron 107 edificios religiosos, casi todos iglesias y conventos.
En los calores del verano debatieron las Cortes, sin pérdida de tiempo, un proyecto de Constitución que era fruto de un laicismo rabioso. Proyecto democráticamente incomprensible en un país de aplastante mayoría católica, pero en el que existía falta de formación cívico-religiosa y un fuerte odio anticlerical,

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