miércoles, 27 de julio de 2011

El Valle de los Caídos una "cortina de humo" para los problemas reales

Te voy a contar, JUAN LUIS URBANO MESA, lo que ha pasado en los últimos días:
3 de julio. El Gobierno del PSOE se muestra encantado con Consejo de Europa, que elabora un estudio en el que se sostiene que la igualdad se ve amenazada por las “creencias religiosas y otras convicciones”.
17 de julio. Izquierda Unida presenta en la Diputación de Zamora una moción para prohibir que los miembros de la corporación participen en actos de carácter religioso.
20 de julio. El dirigente socialista Álvaro Cuesta, presidente de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, declara que la Iglesia católica se está apropiando de bienes públicos y sostiene que es precisa una modificación legal para terminar con sus “privilegios inconstitucionales”.
27 de julio. La Comisión de Expertos para el Futuro del Valle de los Caídos visita la Abadía. Los miembros de este oscuro grupo destinado a destruir, por encargo del Gobierno del PSOE, el entorno de la Abadía pontificia de la Santa Cruz y de desvirtuar su carácter meramente religioso, está formado mayoritariamente por laicistas que presumen de tal y por defensores de supuestas memorias históricas. Uno de ellos, el profesor de la Universidad de Barcelona Ricard Vinyes, declara al periódico La Vanguardia que derribar “un monumento no es acabar con el patrimonio”.
Todos los regímenes totalitarios empiezan por perseguir a la gente que cree y que reza. La libertad religiosa no es una libertad más. Es uno de los pilares de la paz social. Sin libertad para creer y para rezar en público y en privado, la persona es un objeto intercambiable, a merced del poder del tirano de turno.

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