miércoles, 30 de septiembre de 2009

Responsabilidad del gobierno socialista de la PPD

El Gobierno acaba de aprobar el decreto por el que, desde ayer las niñas, adolescentes y adultas, podrán consumir la píldora postcoital a cualquier edad, en cualquier momento, y bajo cualquier circunstancia. Desde ayer el consumo de este compuesto quedará a merced de la consumidora. Fuera la supervisión y el consejo médico, fuera la intervención familiar, fuera los riesgos que puedan correr quienes la ingieran, fuera todo. A cualquier hora, en cualquier momento, cuantas veces se quiera. No, no estoy exagerando. ¿Qué va a hacer Trinidad Jiménez para evitar que esta píldora se convierta en un anticonceptivo de fin de semana? Durante mis guardias los fines de semanas en los centros de salud en muchas ocasiones acudían las jóvenes varias veces al mes a pedir la píldora postcoital. Y eso en un centro que abarcaba una pequeña zona de Madrid. ¿Quién va a controlar ese consumo? El médico no, los padres tampoco, el farmacéutico tampoco.SI se diera el caso, ojalá que no, de que una menor sufriera una complicación por haber consumido esta píldora, quién sería el responsable? ¿La señora Jiménez? ¿A quién reclamarían los padres? Es más, ¿podrían los padres reclamar?Sin límite de edad. O sea, una menor de 13 años no puede tener relaciones con un adulto pero con 11 años puede consumir la píldora postcoital. Con 13 años se pueden tener relaciones con mayores pero no se puede abortar. Con 16 años se puede abortar pero no se puede comprar una cerveza en el supermercado. ¿Qué criterios se utilizan para establecer estos límites de edad?Estoy en contra de este tipo de medidas indiscriminadas, de esta arbitrariedad a la hora de establecer cuándo se es maduro y para qué, de matar moscas a cañonazos y de poner parches para intentar paliar el hecho de que cada vez son más las menores que se quedan embarazadas, los jóvenes que adquieren enfermedades de transmisión sexual, y las adolescentes que abortan. Por cierto que, y por más que la señora Jiménez lo diga, impedir la nidación de un embrión es provocar un aborto, tempranito, pero un aborto, así que los farmaceúticos podrán negarse a venderla, ya verá usted como sí.

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