miércoles, 26 de marzo de 2008

Exito de le educación diferenciada en el mundo

Los medios en diferentes países han abordado el éxito de la educación diferenciada en el mundo. La escalada de apoyo a la ED es evidente sobre todo en los Estados
Unidos. Una de las características principales de la “enseñanza diferenciada de niños y niñas”, apareció a principios de este mes en el New York Times. Su autora, Elizabeth Weil, presentó el impresionante incremento de escuelas públicas que ofrecen clases separadas para niños y niñas: de una docena en el año 2002, a más de 360 actualmente en ciudades de todos los estados. En los últimos tres años, se han abierto cerca de 30 escuelas diferenciadas, no solamente escuelas con clases separadas. Weil atribuye la nueva tendencia, al interés despertado por el trabajo
de Leonard Sax, y también hace referencia a un buen número de nuevas escuelas que se han inspirado en la Young Women’s Leadership School en Harlem (TYWLS), considerado por algunos como el lugar de nacimiento del actual movimiento de educación diferenciada en la escuela pública en los EE.UU.

En España, El País (13-II-2008) en un artículo firmado por Maria Antonia Sánchez-Vallejo, narraba el desarrollo de este moderno enfoque educativo, anotando que, “En
Berlín, la iniciativa está implantada en centros públicos. En Washington DC, 20 escuelas ‘fallidas’ por fracaso y violencia escolares se plantean reabrir sus puertas como escuelas de educación diferenciada por sexo. Canadá, Australia y numerosos países latinoamericanos conocen la experiencia en la escuela pública”, añadiendo detalles significativos, como que “El Senado de Berlín, a iniciativa de los socialistas, recomendó en 1999 la separación de chicos y chicas en
un intento de discriminar positivamente a éstas para que “perdieran el miedo a las materias científicas”, tal y como reza el informe de la ministra de Educación socialista,Ingrid Stahmer. La iniciativa empezó con 58 colegios que optaron por la separación en las lases de materias técnicas y científicas, ya que, a la hora
de elegir entre ciencias y letras, “sólo un 15% de las chicas
escogía matemáticas, frente a un 33% de los chicos”.

También en España, el Informe PISA, aporta conclusiones que no dejan lugar a dudas:en matemáticas los chicos españoles están 9 puntos por encima(11, la media OCDE) de sus compañeras. En comprensión lectora, en cambio,las adolescentes españolas adelantan en 35 puntos a los chicos,porcentaje similar al promedio de la OCDE.

Il Giornale (13-III-2008), entrevistó a Claudio Marcelino
director de una escuela diferenciada milanesa del grupo
FAES, quien explicó el secreto del éxito:“Los hombres y
las mujeres tienen una diferente capacidad de aprender y,
por eso, tenemos que diferenciar”. Por su parte, Sergio Fenizia
, escribiendo para Aceprensa, comenta que “A los
treinta años de su difusión en Italia, crece la impresión de
que la escuela mixta fue implantada sin estar precedida
de suficiente experimentación pedagógica y no ha dado los
resultados esperados”.

La educación diferenciada es noticia
El Senado de Berlín,a iniciativa de los
socialistas, recomendó en 1999 la separación de chicos y chicas en un intento de discriminar positivamente a éstas para que “perdieran el miedo a las materias
científicas”.

Crece la impresión de que la escuela mixta fue implantada sin una experimentación
pedagógica previa

El 8 de noviembre de 2007 tuvo lugar la Jornada “Cerebro
y Educación, diferencias sexuales y aprendizaje”. En ella participaron algunos de los más destacados científicos del panorama español actual. El ambiente de la jornada
estuvo marcado por la pluralidad de las disciplinas de
los ponentes: neurología, psiquiatría, psicología, fisiología,
pedagogía. La objetividad empírica y los datos científicos
estuvieron presentes en las ponencias de todos y de cada
uno de los especialistas que nos acompañaron.

El doctor y profesor Hugo Liaño, jefe del servicio de
Neurología de la Clínica Puerta de Hierro, tomó como
punto de partida lo obvio que resulta de ver que hombre
y mujer son diferentes, “entonces, ¿por qué nos causa cierta
sorpresa que existan diferencias en las conductas de ellas y
de ellos? (…). ¡Qué absurda e irreal es esa generalización
de la igualdad absoluta entre hombres y mujeres, desde los
derechos, innegables, hasta las capacidades, imposibles, de
la que hacen bandera algunos fanáticos! Pues diferencias las
hay y se denominan sexo-diferencias”.
El doctor apuntó la posibilidad de educar separadamente
a niños y niñas, atendiendo a los diferentes ritmos de
aprendizaje empíricamente demostrados y biológicamente
ciertos, entre el cerebro femenino y el cerebro
masculino. Aunque parece ser aquí en España, algo “políticamente
incorrecto” y retrógrado, lo cierto es que en
muchos países ha resultado una forma muy exitosa de
aprender, para los niños y niñas, y de enseñar, para los
docentes.

El profesor Francisco José Rubia, catedrático de Fisiología
y Director del Instituto Pluridisciplinar de la Universidad
Complutense, disertó sobre las cualidades cognitivas del
cerebro atendiendo al sexo. Al final de su ponencia concluyó,
“estamos ante dos cerebros completamente distintos
en sus funciones y cualidades cognoscitivas, pero dos cerebros
que se complementan”.
Explicó que “la naturaleza produce dos sexos con cualidades
cognitivas diferentes. Cuando se nace con un cerebro
–masculino o femenino- ni la terapia hormonal, ni la cirugía,
ni la educación pueden cambiar la identidad del sexo”.

En ese sentido, existe un ejemplo clarísimo, que trajo a
colación en su ponencia la doctora Jutta Burggraf: el experimento
realizado por el Dr. John Money, en 1965, con los
gemelos judíos Bruce y Brian, genéticamente idénticos.
La doctora Burggraf comentó la importancia de aceptar
las diferencias sexuales. No todo es naturaleza ni todo
es cultura. Es difícil deslindar aquello que es “típicamente
masculino” de aquello que es “típicamente femenino”,
dijo Burggraf. Sin embargo, tanto el varón como la mujer
están dotados de unos talentos que hacen a cada uno
individual y a la vez complementario “del otro”.

Cerebro y Educación, diferencias sexuales en el aprendizaje.

Atender los diferentes ritmos de aprendizaje empíricamente demostrados y biológicamente ciertos, en muchos países ha resultado una forma muy exitosa de
aprender, para los niños y niñas y de enseñar,para los docentes.

Tomando como punto de partida la obviedad de ver que el hombre y la mujer son diferentes, ¿por qué nos causa sorpresa que existan diferencias en las conductas
de ellas y ellos?


La neuróloga María Gudín afirmó que “la persona humana,
es hombre o mujer, y lleva inscrita esa condición en todo
su ser. Cada célula, órgano y función son sexuados. También
nuestro psiquismo. Y esto afecta al comportamiento de cada
ser humano”. En consonancia con esto, afirma la doctora
Gudín, “somos biofisiológicamente sexuados (…), la sexualidad
tiene un dimensión biológica indudable”.
En su discurso, la doctora Gudín mostró cómo las hormonas
marcan las diferencias sexuales entre el varón y la
mujer y cómo, además, actúan sobre el comportamiento
o –también llamado por la doctora–, el psiquismo del ser
humano. En el sexo biológico, explicó la doctora, confluyen
distintas formas de manifestación, dependiendo de si
se trata de un varón o de una mujer.

El Catedrático de Psicobiología y Director del Instituto de
Neurociencia de la Universidad Autónoma de Barcelona,
Ignacio Morgado, disertó sobre la llamada “inteligencia
emocional”, que definió como “la capacidad para generar,
reconocer, expresar e influir emociones propias y ajenas
buscando con empatía la resolución más satisfactoria de las
situaciones”, lo que significa que la emoción es “como un
caballo salvaje que podemos aprender a domar”.
Si, como han afirmado los especialistas que nos acompañaron
en la Jornada, el cerebro es un órgano sexuado,
esto es, no existen cerebros unisex, surge una pregunta
espontánea, ¿sentimos de igual manera el hombre y la
mujer?; “¿podría ser que, además de las influencias culturales
y educativas, el cerebro de la mujer procese las emociones
de manera diferente al hombre?”, a lo que el profesor
Morgado contestó: “Todo parece indicar que sí”.

El Catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo,
Serafín Lemos, comenzó su discurso con una pregunta
muy sugerente, “¿Existen unas características psicológicas
según el sexo?” para, seguidamente afirmar que “tanto las
aptitudes o habilidades intelectuales como los rasgos de la
personalidad, entre varones y mujeres ofrecen evidentes diferencias”.
Ahora bien, ¿por qué, entre el varón y la mujer
existen diferencias en la personalidad de uno y otro?
El profesor Lemos puntualizó que “la personalidad es un
concepto amplio que incluye el temperamento (la parte biológicamente
determinada del comportamiento, o el conjunto
de rasgos heredados que ya están presentes en la temprana
edad) y el carácter (la adherencia de la persona a valores y
a costumbres de la sociedad en la que vive)”.

Concluyendo, apuntó el profesor Lemos, “es un hecho
biológico incontrovertible que hay diferencias entre el varón y
la mujer”. A modo de ejemplo citó las diferencias sexuales
en el juego, en las preferencias de lectura, en los valores,
en los objetivos de la vida, en la elección de profesión,
en la vocación, en el rendimiento escolar, entre un largo
etcétera.


La personalización educativa es claramente uno de los retos
de la educación del siglo XXI. El informe de la OECD
“Educación Personalizada”, publicado recientemente,
destaca la conveniencia de conocer con detalle a todos
y cada uno de los alumnos, sus fortalezas y debilidades,
para poder diagnosticar sus necesidades y adaptar a ellas
la enseñanza y el aprendizaje. La educación diferenciada
–como modelo educativo- es una de las respuestas de la
sociedad: la igualdad de oportunidades entre géneros, la
socialización entre ellos, la lucha contra la discriminación,
el fin de estereotipos denigrantes; aspectos todos positivos,
que mejoran con el trato que respeta las diferencias
de género y educa teniéndolas en cuenta.

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