Es la pregunta que nos hacemos ante tanta aberración e inmoralidad en el mundo, sobre todo la que padecen los más débiles: los niños, los ancianos, los discapacitados...
En la carta de Benedicto XVI "Caritas in veritatis" nos asombra con la claridad de los aberrantes usos y abusos del "turismo sexual".
Como siempre hay una red con mucho dinero que hace que ante unas vacaciones dignas y merecidas se conviertan en un desprecio a los valores del cuerpo y aberraciones que ni los animales harían, por ser más naturales.
No dice el Papa:
"Con frecuencia, éstas se encuentran con conductas inmorales y hasta perversas, como el caso del llamado turismo sexual, al que se sacrifican tantos seres humanos, incluso de tierna edad. Es dolososo constatar que esto ocurre muchas veces con el respaldo de gobiernos locales, con el silencio de aquellos otros de donde proceden los turistas y con complicidad de tantos operadores del sector"
Debo decir que el vídeo que aparece a continuación se ve la esperanza ante una desgracia personal. A mí me ha ayudado a ver en todo "la mano amorosa de Dios" como nos decía San Josemaría, ante el panorama mundial que se nos presenta con aparente pesimismo, pero que da lugar siempre a la esperanza.
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