domingo, 25 de noviembre de 2007

En observación, una pena

He leído, de un tirón, el libro de C.S. Lewis, Una pena de observación, que me ha producido una honda impresión. Son las reflexiones sobre la desdicha de su ser amado, Helen, que enfermó y murió. Se confronta con Dios, con su aparente ausencia.
Cuando falleció mi abuela tenía catorce años; fue un primer contacto con la muerte. Posteriormente, amigos, conocidos, me han hecho llorar mientras se celebraban las misas de difuntos. Lo que fue una pena fue cuando falleció mi hermano; y, posteriormente, mi padre. Los dos muy bien preparados para encontrarse con Dios nuestro Señor; pero, para mi fue una realidad que difícilmente lograba asimilar. Los cuidados de amigos, hermanos; y sobre todo de mi angel custodio, la Virgen y mi Padre Dios hizo más llevadera mi pena.He querido reflejar, con el paso de los años, esta observación…que

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