La nueva Ley del Aborto es una brutalidad jurídica, técnica y moral
E-Cristians rechaza la nueva Ley del Aborto por considerarla una ley jurídica, técnica y moralmente inhumana.
La simple aritmética parlamentaria no justifica la legitimidad de la ley aprobada, por cuanto:
Es frontalmente contraria a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre esta materia.
Establece unos plazos que son incompatibles con la existencia científica de la vida humana, es decir, la existencia del ADN propio de cada ser vivo humano, que existe desde el momento de la concepción
Despenaliza totalmente el aborto y lo convierte en un derecho, lo que constituye una arbitrariedad jurídica única en Europa puesto que deja al que ha de nacer sin la menor protección.
La concepción de la ley es brutalmente antinatalista. El embarazo es visto como un problema médico y no como un don que la persona y la sociedad reciben. Esta cultura que difunde la ley, situada en la actual crisis demográfica española, ahonda en el suicidio colectivo a que nuestra sociedad se ve abocada por falta de nacimientos.
Blinda y protege absolutamente el negocio de las empresas privadas dedicadas al aborto y que realizan más del 95% de todos los que se practican en España. Blinda y protege una práctica que ha convertido a nuestro país en el “paraíso del aborto”, para utilizar la misma terminología que el Consejo de Estado.
Limita inconstitucionalmente el derecho a la objeción de conciencia
Discrimina a los médicos en función de sus opiniones, estableciendo así otra vulneración constitucional de las muchas que contiene la ley.
Es radicalmente eugenésica. La más extremada de toda Europa. La malformación del feto, que puede ser cualquier cosa en el marco de la ley, permite la libertad de abortar hasta el último día del embarazo.
Continúa sin establecerse los mecanismos de control sobre el aborto ejercido por las clínicas privadas. En España está mucho más regulada la tala de un árbol que cometer un aborto, y esto es algo absolutamente irracional. Ni tan siquiera aborda el problema de las actuales estadísticas que en realidad se limitan a reproducir las cifras que proporcionan las clínicas sin ningún tipo de control. Por eso puede afirmarse que la cifra real de abortos en España es aquella que deciden las clínicas y que no tiene por qué coincidir con los realmente efectuados. Todos los casos judiciales abiertos hasta ahora demuestran que hay abortos que no se declaran.
Continúa la situación anómala en relación a Europa, y terrible para nuestro futuro como país, de que no existe ningún tipo de ayuda para que la madre embarazada pueda tener el hijo, mientras que se subvencionan a las clínicas y los abortos. La sanidad pública y los servicios sociales dirigen a las madres embarazadas con dudas o dificultades, directamente a los centros donde se practica el aborto. Es decir, todo lo contrario de lo que sería necesario.
Es falso que sea una ley homologable con Europa, estamos ante una ley radical al servicio de una extraña ideología, contraria al sentido de humanidad, y que contribuirá a generar graves problemas en el futuro desarrollo económico y el mantenimiento del sistema público de pensiones. Ya, ahora, los abortos significan casi uno de cada cuatro nacimientos y sigue creciendo. Somos el único país de Europa donde este fenómeno se da en tales proporciones.
Nos comprometemos a continuar trabajando para conseguir la derogación de la ley, y mostrar a través de la razón y los hechos los daños que la misma irá acarreando.
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