Tengo entre mi familia y familia de mis amigos decenas de personas que pasan los 80 años. Estas personas no dan rentabilidad económica ni placentera a los que acompañan; más bien es un sacrificio (gustoso por cierto). Lo que no puede acabar estos incovenientes para atender a estas personas mayores en una coartada para matarlos con la llamada Ley de la eutanasia. La eutanasia es el reflejo de una sociedad decadente y falta de resortes para dar respuestas con valores a los temas que no se han replanteado en ningún momento: como es el caso de la cultura de la muerte (aborto y eutanasia). Debemos detener la expansión de la cultura de la muerte en todos los países de la Unión Europea.
Como ciudadans de la Unión Europea, hemos de apoyar a la decisión tomada por ciudadanos, políticos de no sancionar y promulgar la ley de eutanasia aprobada por los Parlamentos de las nacines de los paises del mundo, que se establece contra la sensibilidad inmensamente mayoritaria de la población.
Los parlamentarios deben ser luz y guía para otros Jefes de Estado en lo tocante a anteponer el bien común de sus ciudadanos a cuestiones circunstanciales de mayorías parlamentarias que cambian periódicamente y que en ningún caso pueden arrogarse la representatividad de principios y valores supremos que permanecen inmutables a través del tiempo.
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